miércoles, 21 de marzo de 2018

VINOS DE CANTABRIA: LA COSTA DE CANTABRIA Y LIÉBANA


Buenas de nuevo amantes del vino, como ya os adelanté, en esta nueva entrada trataremos las Indicaciones Geográficas Protegidas existentes en Cantabria, protegen los vinos originados en la región, dividiéndose en dos grandes zonas de producción vitivinícola: 'Vino de la Tierra Costa de Cantabria' y 'Vino de la Tierra de Liébana'. 
Nos centraremos en las prácticas enológicas permitidas, variedades, características analíticas de los vinos… 
Las técnicas de cultivo y de elaboración utilizadas se ocupan de controlar el origen del producto, su trazabilidad y la calidad en cada una de las fases del proceso de producción. Desde el viñedo hasta la bodega.
Imagen 1. Paisaje Valles Lebaniegos

Vinos de la Costa de Cantabria
Los vinos designados con la indicación geográfica protegida “Costa de Cantabria” se producen en la zona comprendida entre la costa y los valles interiores de influencia atlántica hasta la cota de 600 metros, con excepción de los municipios de Potes, Pesaguero, Cabezón de Liébana, Camaleño, Cillorigo de Liébana y Vega de Liébana. En la actualidad existen 10 bodegas incluidas dentro de esta IGP. 
Imagen 2. Logotipo IGP Vino de la Tierra Costa de Cantabria

A) Características analíticas
Vinos tintos:
  • Graduación alcohólica mínima: 10 % vol.
  • Acidez total (expresada en gr/l de ácido tartárico): entre 5 gr/l y 8,5 gr/l.
  • Acidez volátil (expresada en gr/l de ácido acético): no será superior a 0,8 gr/l, salvo los que hayan sido sometidos a algún proceso de envejecimiento, en cuyo caso dicho límite no será superior a 1gr/l.
  • Anhídrido sulfuroso total (expresado en mg/l): máximo de 120 mg/l.
  • Azúcares reductores: máximo de 5 gr/l.

Vinos blancos:
  • Graduación alcohólica mínima: 9,5 % vol.
  • Acidez total (expresada en gr/l de ácido tartárico): entre 5 gr/l y 10 gr/l.
  • Acidez volátil (expresada en gr/l de ácido acético): no será superior a 0,8 gr/l, salvo los que hayan sido sometidos a algún proceso de envejecimiento, en cuyo caso dicho límite no será superior a 1g/l.
  • Anhídrido sulfuroso total (expresado en mg/l): máximo de 150 mg/l.
  • Azúcares reductores: máximo de 5 gr/l.

B) Variedades de uvas permitidas
Los vinos tendrán que elaborarse exclusivamente a partir de uvas de vinificación de las siguientes variedades:
  • Tintas: 

  1. Ondarrabi Beltza: El racimo es de tamaño pequeño y suelto, con una baya esférica de tamaño medio, piel gruesa y color azul-negruzco, dando como resultado vinos con buena estructura pero poco alcohólicos, y generalmente ácidos que se compensa con los taninos obteniendo vinos bravos y rudos en boca. 
Imagen 3. Variedad Ondarrabi Beltza
  • Blancas: 
  1. Albariño: Es una variedad de uva blanca autóctona de Galicia. Es una uva pequeña, concentrada, de racimo también pequeño, que madura pronto y de la que no se obtiene un alto rendimiento Los vinos son de gran potencia aromática a fruta fresca, albaricoque, flores, de color amarillo-pajizo, brillante, seco, de acidez equilibrada y suave. Poseen estos vinos un grado alcohólico entre 11 y 13º, aunque su paso por boca es rápido y ligero, denotando la frescura.  

martes, 20 de marzo de 2018

HISTORIA DE LOS VIÑEDOS EN CANTABRIA

En esta primera entrada del blog nos centraremos en la historia de los viñedos en Cantabria, como llegaron a estas tierras las primeras vides, quienes las trajeron y la evolución de las plantaciones. 
En principio, quienes trajeron la vid a estas tierras fueron los romanos, pero en realidad, no han llegado hasta nosotros testimonios o vestigios del cultivo de la vid en Cantabria en la época romana. Sin embargo, es lógico pensar que, de la misma manera que los romanos cultivaron la vid en otras regiones del norte como fue el caso de Verín y en la actual Coruña, también debieron cultivarla en Cantabria. De cualquier forma, se puede afirmar que la producción vinícola que, en un principio, se encontraba en la zona costera mediterránea y territorios limítrofes, fue llevada por los romanos al resto de Iberia, incluyendo las regiones del norte peninsular.
Más tarde, la cristianización de Liébana facilitó la extensión del cultivo de la vid. Las plantaciones de viñas se fueron extendiendo por todos los valles lebaniegos, llegando a ser un elemento importante en la economía comarcal tal como queda de manifiesto en los cartularios y documentos de diferentes monasterios en los siglos posteriores.
Resultado de imagen de santo toribio de liebana
Monasterio de Santo Toribio de Liébana
Mucha gente desconoce que Cantabria ha sido una tierra de vino. Alrededor del año 1.800 toda la zona costera de Cantabria estaba repleta de viñedos. Existen documentos que reflejan que en localidades como Colindres y Castro Urdiales parte de la economía de la época se basaba en la producción del vino. Existían reales decretos que obligaban a consumir todo el vino producido aquí antes de traer otros de la meseta. También hay pruebas de que llegó hasta ultramar a través de Castro Urdiales, que realizaba transacciones económicas con Inglaterra.
El cultivo de la vid en toda la zona litoral costera, en los valles y en la Merindad de Liébana, constituía el segundo cultivo en importancia después de los cereales. El vino obtenido llamado “vino de la tierra” o “vino patrimonial” era un vino ligero y áspero, de “poca espera” que se consumía en el año y que proporcionaba un complemento calórico fundamental y necesario a la magra dieta de los cántabros de entonces.
¿Cómo era su elaboración?
Muy compleja. Tenían un problema con la madera ya que a la hora de vinificar se les picaba  el vino con los primeros calores del verano, por lo que lo usaban como vinagre.
-¿Qué diferencia a los vinos de Cantabria del resto?
Los vinos cántabros destacan por su frescura y complejidad aromática. En Cantabria tenemos algo que en La Rioja desearían que es la aportación del Mar Cantábrico. La mar nos da este clima templado que permite que las viñas estén más frescas y no sufran ese estrés hídrico de otras zonas. Aquí llueve (¡LLUEVE MUCHO!) y no es necesario ningún tipo de riego. La proximidad al mar aporta matices de salinidad que dan gran carácter a los vinos.
Es muy importante destacar el gran desarrollo del sector vitivinícola durante las dos últimas décadas. Cantabria vive una progresiva recuperación del cultivo de la vid, especie que siglos atrás ocupaba una vasta superficie en la región. La tendencia se ha traducido en proyectos de vinificación de vinos blancos jóvenes en la zona costera y de vinos tintos, sobre todo, y también blancos jóvenes en la comarca de Liébana, amparados en las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) 'Vino de la Tierra Costa de Cantabria' y 'Vino de la Tierra de Liébana', respectivamente, que permiten el uso de casi una veintena de variedades de uva distintas.

En la actualidad, una quincena de bodegas sustentan ya un negocio creciente y los vinos cántabros se han hecho un pequeño hueco en establecimientos hosteleros, comercios y tertulias en torno a una mesa. Existen una serie de proyectos, pequeños en extensión pero llenos de grandes ilusiones, con cierto carácter romántico, artesanales, que buscan la recuperación de tradiciones, variedades originales de uva y viejas plantaciones.
Viñedos de bodega Casona Micaela, Valle de Villaverde (Cantabria)
En la próxima entrada trataremos estas dos Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP), así como las variedades permitidas, bodegas existentes en Cantabria y demás datos interesantes.